Columnista invitada: Alejandra Córdoba
Después de una larga investigación de campo, asociados con científicos de la National Geografic y el MIT, presentamos las primeras conclusiones preeliminares sobre varios especimenes urbanos en pleno estado de apogeo. En esta primera entrega les presentamos una de las principales especies de loba bogotana, la loba subareña.
Capítulo 1
Loba Subareña (Lupus reggaetoneris)
Habita los inmensos territorios de suba, de ahí su nombre. Generalmente ocupa los vastos territorios de los bosques de Tibabuyes, Compartir, Aures, Villa María y la Gaitana, aunque también se adaptan a territorios húmedos con fuentes hídricas ricas en azufre y plomo como el humedal de la conejera y las riveras del Juan Amarillo.
Su procreación es todo un acontecimiento, y al igual que la gran mayoría de lobas, es no deseada, y ocurre influenciada por eventos etílicos de los progenitores. De pequeña, la loba subareña es afectada por el agreste terreno en el que habita, sin embargo, desde los nueve años, aparece su espíritu reproductivo, el cual coincide generalmente con la entrada a una institución de educación distrital.
¿Cómo reconocerla?
La especie reguetoneris en general es de piel morena, aunque en varios casos se han visto ejemplares de ojos claros y tez blancuzca. La loba subareña, posee un mostacho de menor espesura y grosor que otras especies como la kenediana, sin embargo, este se puede apreciar a simple vista, no obstante, en época de reproducción, las lobas suelen decolorarlo para atraer el macho dominante. Su cabello es oscuro, sin embargo, lo tinturan de colores claros, dejando varios centímetros de raíz. La piel de este espécimen es un tanto reseca, pero dura, para soportar los cambios climáticos de la zona. Es por eso que en la cara, desarrollan cápsulas adiposas denominados “barros” para proteger el cutis de factores nocivos externos, así como de depredadores como los zancudos que viven en esas zonas. Sus piernas son cortas, y la práctica depilatoria es poco frecuente en ellas, sin embargo, estas se exponen frente a la manada de machos, como carnada para el posterior acto reproductivo. Por la composición reseca de sus labios, cada tres pasos deben aplicarse chap stick. Y su sonido natural puede ser algún coro de Ivy Queen o en su defecto de Farina. Tienen un sesseo marcado (acentuación marcada en la letra S). Debido a la gran extensión del territorio subareño, el castellano no fue extendido en su totalidad, razón por la cual estas encantadoras lobitas terminan todos los verbos en pasado acompañándolos con esta consonante.
Indumentaria.
Un Jean no descaderado, pélvico – recordemos que no hace parte de su especie el acto depilatorio- adornado con espejos, cueros, bordados florales o de letras japonesas, correas; preferiblemente con labrados en aluminio o elásticos transparentes y chapas con mensajes sugestivos como “sexy”, “juicy”, etc. En la parte posterior de Jean o en su defecto sudadera aterciopelada siempre debe haber un mensaje que sustente el de la correa, o algún otro tipo de bordado.
Cabe anotar que en su gama de colores solo existe el rosado y el fucsia encendido. Usan blusas de estos colores, preferiblemente estraples u ombligueras con la tira del sostén transparente. La mayoría usa un piercing en el ombligo, cuya joya simula a una libélula, mariposa o algún otro animal representativo de la loba subareña. Y si no usa piercing, algunas, de mayor rango tienen un tatuaje con “forma” de las llamas del sol alrededor de su ombligo poco tonificado.
Sus aretes son largos acompañados de monedas de I-ching (aun cuando no tienen idea de qué será eso) los cuales forman una elongación del lóbulo de la oreja, y están acompañados de un maquillaje casi egipcio en el cual existe una extensión de la parte inferior del ojo hacia la cien.
Sus uñas están adornadas por un vivo color vino perlado o escarchado, acompañado con flores hechas en corrector.
Sus bolsos son de Puca (es con doble c, pero recordemos que en este caso Pucca es rosada y con cabello amarillo), de Hello kitty, la chica fresita, o del personaje de Disney en su ultima película,
Cortejo y apareamiento.
Al acto de cortejo se inicia a temprana edad en las llamadas chikitekas, espacios en las cuales las crías se familiarizan con los ritmos reguetoneros que en un futuro cercano las acercaran a la etapa de gestación. Ya en edad reproductiva la loba subareña se desplaza en manadas de cuatro a ocho ejemplares a discotecas y tabernas zonales donde rodean una mesa y esperan a que un grupo de machos respondan a su coqueteo visual. Ya escogido el macho, realizan bailes de cortejo que incluyen reggaeton, champeta, bachata, y en algunos casos merengue-hip hop. Alrededor de la segunda o tercera canción existe una marcación de territorio oral por parte de la loba, y si este no es del agrado, se cambia al macho hasta encontrar uno que se adapte a los gustos específicos de esta. Después de una repetida marcación oral con un individuo específico la loba incrementa en consumo de alcohol, el cual le permite disminuir los efectos de su gen de voluntad, con el fin de aceptar todo tipo de proposiciones del macho en cuestión.
Para los investigadores externos el acto copulatorio es todo un misterio, sin embargo se ha podido saber que la especie Lupus reggaetoneris, es entusiasta en el acto reproductivo, utiliza con frecuencia la palabra papi para denominar al macho, y suele cantar y gemir tonadas específicas de reggaeton.
Capítulo 1
Loba Subareña (Lupus reggaetoneris)
Habita los inmensos territorios de suba, de ahí su nombre. Generalmente ocupa los vastos territorios de los bosques de Tibabuyes, Compartir, Aures, Villa María y la Gaitana, aunque también se adaptan a territorios húmedos con fuentes hídricas ricas en azufre y plomo como el humedal de la conejera y las riveras del Juan Amarillo.
Su procreación es todo un acontecimiento, y al igual que la gran mayoría de lobas, es no deseada, y ocurre influenciada por eventos etílicos de los progenitores. De pequeña, la loba subareña es afectada por el agreste terreno en el que habita, sin embargo, desde los nueve años, aparece su espíritu reproductivo, el cual coincide generalmente con la entrada a una institución de educación distrital.
¿Cómo reconocerla?
La especie reguetoneris en general es de piel morena, aunque en varios casos se han visto ejemplares de ojos claros y tez blancuzca. La loba subareña, posee un mostacho de menor espesura y grosor que otras especies como la kenediana, sin embargo, este se puede apreciar a simple vista, no obstante, en época de reproducción, las lobas suelen decolorarlo para atraer el macho dominante. Su cabello es oscuro, sin embargo, lo tinturan de colores claros, dejando varios centímetros de raíz. La piel de este espécimen es un tanto reseca, pero dura, para soportar los cambios climáticos de la zona. Es por eso que en la cara, desarrollan cápsulas adiposas denominados “barros” para proteger el cutis de factores nocivos externos, así como de depredadores como los zancudos que viven en esas zonas. Sus piernas son cortas, y la práctica depilatoria es poco frecuente en ellas, sin embargo, estas se exponen frente a la manada de machos, como carnada para el posterior acto reproductivo. Por la composición reseca de sus labios, cada tres pasos deben aplicarse chap stick. Y su sonido natural puede ser algún coro de Ivy Queen o en su defecto de Farina. Tienen un sesseo marcado (acentuación marcada en la letra S). Debido a la gran extensión del territorio subareño, el castellano no fue extendido en su totalidad, razón por la cual estas encantadoras lobitas terminan todos los verbos en pasado acompañándolos con esta consonante.
Indumentaria.
Un Jean no descaderado, pélvico – recordemos que no hace parte de su especie el acto depilatorio- adornado con espejos, cueros, bordados florales o de letras japonesas, correas; preferiblemente con labrados en aluminio o elásticos transparentes y chapas con mensajes sugestivos como “sexy”, “juicy”, etc. En la parte posterior de Jean o en su defecto sudadera aterciopelada siempre debe haber un mensaje que sustente el de la correa, o algún otro tipo de bordado.
Cabe anotar que en su gama de colores solo existe el rosado y el fucsia encendido. Usan blusas de estos colores, preferiblemente estraples u ombligueras con la tira del sostén transparente. La mayoría usa un piercing en el ombligo, cuya joya simula a una libélula, mariposa o algún otro animal representativo de la loba subareña. Y si no usa piercing, algunas, de mayor rango tienen un tatuaje con “forma” de las llamas del sol alrededor de su ombligo poco tonificado.
Sus aretes son largos acompañados de monedas de I-ching (aun cuando no tienen idea de qué será eso) los cuales forman una elongación del lóbulo de la oreja, y están acompañados de un maquillaje casi egipcio en el cual existe una extensión de la parte inferior del ojo hacia la cien.
Sus uñas están adornadas por un vivo color vino perlado o escarchado, acompañado con flores hechas en corrector.
Sus bolsos son de Puca (es con doble c, pero recordemos que en este caso Pucca es rosada y con cabello amarillo), de Hello kitty, la chica fresita, o del personaje de Disney en su ultima película,
Cortejo y apareamiento.
Al acto de cortejo se inicia a temprana edad en las llamadas chikitekas, espacios en las cuales las crías se familiarizan con los ritmos reguetoneros que en un futuro cercano las acercaran a la etapa de gestación. Ya en edad reproductiva la loba subareña se desplaza en manadas de cuatro a ocho ejemplares a discotecas y tabernas zonales donde rodean una mesa y esperan a que un grupo de machos respondan a su coqueteo visual. Ya escogido el macho, realizan bailes de cortejo que incluyen reggaeton, champeta, bachata, y en algunos casos merengue-hip hop. Alrededor de la segunda o tercera canción existe una marcación de territorio oral por parte de la loba, y si este no es del agrado, se cambia al macho hasta encontrar uno que se adapte a los gustos específicos de esta. Después de una repetida marcación oral con un individuo específico la loba incrementa en consumo de alcohol, el cual le permite disminuir los efectos de su gen de voluntad, con el fin de aceptar todo tipo de proposiciones del macho en cuestión.
Para los investigadores externos el acto copulatorio es todo un misterio, sin embargo se ha podido saber que la especie Lupus reggaetoneris, es entusiasta en el acto reproductivo, utiliza con frecuencia la palabra papi para denominar al macho, y suele cantar y gemir tonadas específicas de reggaeton.
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